Cuando Donald Lam entró en las oficinas de la señora Berta Cool en respuesta al anuncio, solicitando un ayudante, que había visto en el periódico, no tenía ni idea de cual era realmente la clase de ayuda que se refería. Pero cuando se ha tocado fondo y no se tiene suerte, no se es demasiado exigente con lo que viene. Así que, cuando es contratado en como un agente de la Agencia de Detectives Cool, pronto descubre que su primera tarea no es tan "cool" ni tan sencilla como se le hizo creer. Con una mente educada y calculadora y el respaldo de su jefe (tan tierna como un alambre de púas), Lam no escatimará en gastos para llegar al fondo del caso. Y aunque las cosas pueden parecer a tomar un giro cada vez peor, las apariencias pueden ser engañosas; Pues verán, Lam, formado en una escuela de derecho, conoce la táctica perfecta que puede hacer que todo salga bien.
Leí
este libro hace un tiempo y la verdad había olvidado terminar su reseña, así es
que considerando que estoy tratando de volver a tener una actitud responsable,
la voy a finalizar para compartirla con ustedes.
Como
sabrán, me gustan mucho las novelas policiacas básicamente porque al final,
todo tiene una explicación. El mundo que presentan los libros está totalmente
explicado: el trasfondo de los personajes si no se explica en un solo volumen
lo hace a lo largo de la serie; los casos son resueltos por completo; las
motivaciones de todos están explicados y al final, el mundo funciona de forma
perfecta. Ese funcionamiento tan milimétrico de las novelas de policía me
encanta, y sus antecesoras, las novelas de detective, son iguales en ese
sentido.
Antes
de entrar a hablar de lleno sobre la novela, una pequeña diferencia entre ambos
tipos de novela. Para mi existe lo que son las Novelas Negras, que todas las
que tratan el tema de ley vs crimen, lo que puede estar desde ambos lado de la
moneda, tanto los policías/detectives como los criminales/asesinos.
Ahora bien,
cuando son policiales, obviamente son agentes de alguna organización que
mantenga la ley los que la protagonizan: policía, servicios de investigación
(FBI, CIA, MI6), cosas así; y las de detective son cuando quien investiga son
detectives privados, lo que significa que ellos son básicamente civiles
haciendo un trabajo para privados.
Esto les da un rango de movimiento más
amplio a lo que hacen, no tienen que ser tan correctos como un policía, y
suelen bailar entre lo legal y lo ilegal la mayoría de las veces. Este género
fue muy popular en USA hace varios años atrás, entre los 1920-1930, donde
salían en publicaciones de revistas de papel barato conocidas como pulp. De allí esos detectives de
películas en blanco y negro se comenzaron a asentar en la cultura
norteamericana, y tenemos un millar de novelas y series que tienen detectives
privados que sueles ser tipos duros, que siguen sus propias reglas y que tiene
un éxito ligeramente sorprendente con las mujeres.
Son
menos leídas ahora porque a diferencia de las novelas policiales, son menos
verídicas, pero es básicamente porque están ambientadas unos 80 años atrás, así
es que esa diferencia las hace a veces un poco más difíciles de leer, pero en
lo personal como es super consistente todo con la lógica interna del libro, no
me molesta.
La
historia es bastante convencional: una agencia de detectives está buscando un
nuevo empleado, pero lo interesante de todo esto, son sus personajes, son
cualquier cosa menos convencional.
Bertha
Cool es una viuda de unos 60 años con un olfato para el dinero que la hace
implacable a la hora de elegir los casos de su agencia de detectives, y como
necesita que su maquinita siga girando y llenándole los bolsillos, está
buscando un nuevo empleado y por medio de un anuncio llega Donald Lam. Donald
llega con mala suerte y sin un peso en sus bolsillos, recibido de abogado,
nunca llego a ejercer realmente antes de ser expulsado de colegio de abogados
por afirmar (e incitar) una forma de cometer un crimen y salirse con la suya,
así es que si algo podemos decir de este hombre algo enclenque de 28 años, es
que es muy listo.
Como
era obvio, Bertha lo contrata y le asigna su primer caso a Donald: una mujer
necesita encontrar a su marido para entregarle los papeles de divorcio, el cual
se está escondiendo tanto de la policía como de unos mafiosos ya que los
embauco con el dinero de unas máquinas tragaperras. Con esto el chico nuevo
tiene que ir aprendiendo el negocio sobre la marcha, mientras avanza en una
investigación que al comienzo parece sencilla pero que a medida que avanza se
va torciendo de tal forma, que el final es gratamente sorpresivo. En las
últimas páginas están totalmente impactada, ya que sabía los hechos que había
dejado todo así, pero quería la explicación detallada de todo, y como toda
buena novela antigua de detectives, la tenía.
Fuera
de lo clásico que pueda ser todo, de verdad los personajes se salen de la
línea. Primero que nada, la jefa es mujer, y no una mujer cualquiera. Bertha
Cool no solo no tiene pelos en la lengua y pierde todos los escrúpulos en
cuanto huele dinero, sino que es directa, vieja (consideren que tiene 60 años
en una novela escrita en 1939), bastante gorda y descarada. Ella es básicamente
“el jefe” clásico pero en versión mujer, lo que déjenme decirles, es algo poco
común. Y por otro lado Lam no es el típico detective rudo con experiencia en la
calle, en una pelea, las tiene todas de perder. Es delgado y no muy algo, menos
de 1,70 si no me equivoco, además de tener cero habilidades callejeras, fue a
la universidad y se recibió, por lo que bruto no es. Pero si cumple con el estándar
de que es un hueso duro de roer, le pueden dar una paliza y él no va hablar, si
bien calza con el modelo del detective clásico, es porque Donald es un cabezota,
nada más.
Así
es que esto dos protagonistas tan poco normales se lanzan a resolver su primer
caso juntos, lo que se basa en Doland haciendo todo el trabajo sucio y Bertha…
bueno, ella gana el dinero.
Me
gusto mucho la combinación la verdad, y me gusto que el protagonista no fuese
el típico hombre guapo, rudo, que ya nada lo sorprende porque lo ha visto todo,
aquí Lam es un pillo, su cabeza y su lengua hacen todo su trabajo porque se
tuvo que adaptar a no ser el hombre más grande en la sala. Su éxito con las
mujeres es menor a la cuota usual, ya que no es James Bond, pero si tiene a su
chica, todos los detectives antiguos siempre la tienen.
Algo
que me llamó la atención es el valor del dinero en esa época. Cuando al
comienzo hablan del sueldo de Donald, lo que está destinado a comer,
movilizarse y extras, es nada, creo que hablaban de centavos. Entonces era muy
gracioso ver que con un dólar nuestro detective novato era Gardel, y hoy con un
dólar creo que no nos tomamos ni un helado.
El
libro tiene la gracia que el autor, A. A. Fair, es el seudónimo de un autor de
novelas negras mega conocido que tiene un montón de sagas, Erle Stanley Gardner.
Por ejemplo esta saga, Cool & Lam
tiene 29 libros; la de Perry Manson uno
de sus trabajos más conocidos, son 82 novelas, y eso es solo por ponerles un
ejemplo de la cantidad de material que escribía el autor.
La
recomendación va para quienes quiera ver un poco hacia el pasado de las novelas
negras, es bastante breve y nos abre las puerta a una serie bastante extensa,
pero que como todos los libros de este tipo, no hay grandes problema si es que
se leen desordenadas o se saltan algunos volúmenes. El ritmo es bueno y es
bastante entretenida.
Pueden encontrar casi todos los libros en epublibres.
Espero
que les haya gustado, saludos!