Reseña: Ciega a Citas

Lucía González, una treintañera con algunos kilos de más, que vive sola, gana poco y lleva una vida opaca, se entera en una cena familiar de que su hermana, Irina «la perfecta», se va a casar. Lo que empieza como un festejo se convierte en amargura cuando escucha, sin proponérselo, la apuesta que su madre hace con la hija menor: «Va a ir sola, gorda y vestida de negro al casamiento. Es más, si va con un novio, yo pago toda la fiesta». Muerta de rabia, Lucía decide en silencio desafiar esa apuesta. Tiene siete meses y medio para conseguir un novio «normal» y está dispuesta a hacer cualquier cosa para lograrlo. Cada cita es una oportunidad que no puede dejar pasar, y hará lo que sea, con tal de ganarle a su madre.

Reseña:

Leí este libro por dos motivos: uno porque me sorprendí saber que la serie que lleva el mismo nombre estaba basada en un libro, y dos a modo de obligarme a leer libros que usualmente no leo. Mis amigos saben que me encantan los romances tipo Disney, de esos que son dramáticos, en donde los protagonistas se aman para toda la vida y en donde son ellos en contra del mundo. Teóricamente creo que un amor así, en donde ellos sean el centro del universo, donde todas las canciones tienen sentido, en donde la vida sin el otro no tiene sentido y en donde cualquier tipo de obstáculo se pueden superar juntos. Pero en el día a día, no soy la persona más romántica de la vida, es realidad no lo soy para nada, ya que para mí, no es una prioridad “tener” a alguien al lado porque si, ya que lo encuentro super sin sentido, es decir, si uno no quiere a alguien de verdad ¿vale la pena salir con este solo para no estar solo? Y no es como si estar solos fuera lo peor del mundo.

Por eso esta clase de libros como románticos nunca me han gustado mucho, porque encuentro super loco que la protagonista sufra tanto en la búsqueda del amor. Y peor aún: sufre de más. 

La serie Ciega a Citas no me gusta mucho, ya que la mitad del tiempo quiero matar a la protagonista, Lucía, por idiota, pero ese pequeño gusanillo morboso en mi quiere saber igual en que está en su vida. Por lo que ahora que la están dando (mega repetida hasta donde se) en un canal de tele, cuando mi mamá la ve siempre le pido que me mantenga al tanto de lo que está pasando. Así es que cuando vi un libro con el mismo título, y con una trama similar, me dio curiosidad, ya que quizás si lo leía podía ver como terminaba la serie (ya que soy muy vaga y no quiero ver el final por internet). De modo que ayer por la noche comencé su lectura.

Mis primeras cincuenta páginas fueron horribles. Estuvo a punto de tirar la lectura por la basura, de verdad, pero como ya lo había marcado en Goodreads, me dije “misma, tenemos que terminarlo”. Así es que hoy después de un primer día de clases algo agotador a pesar de lo breve que fue, luego de una genial siesta y mucho té, me puse a terminar las 100 páginas que me quedaban.

La protagonista, Lucía, es una idiota sin lugar a dudas. Su mamá es un monstruo de mujer, y yo no sé porque ella no la manda a freír espárragos de una vez por todas. En serio. La mujer le dice desde siempre que esta gorda, que es fea, que va a morir soltera y amargada. Y Lucía la muy tonta la escucha todo el tiempo ¡Y se deprime! Si yo tuviese a una loca de mamá, con 30 años, trabajo, un apartamento y una vida independiente, es que no la volvería a ver en mi vida. Es ridículo auto-torturarse viendo a alguien que a uno claramente no te quieren, que no te aprecien y que te fastidian todo el tiempo. Su mamá es una metida, egocéntrica, vieja ridícula y mala gente, y la hija es una idiota por no alejarse de ella.

El libro comienza cuando la hermana, Irina, guapa (y flaca) de Lucía (que tiene un novio bien hace 4 años) se va a casar, a lo que la madre le comenta a la hermana que Lucía va a terminar apareciendo en el matrimonio gorda, vestida de negro, deprimida y sola. Entre la hermana y la mamá apuesta que si Lucía llega con novio de verdad, no amigos ni nada de eso, ella le va a pagar toda la fiesta a Irina. Nuestra chica escucha sin querer y queda deprimida como perro bajo la lluvia por el comentario. Así es que luego de pasar días en su casa sola, en pijama y comiendo puras porquerías, se decide a buscarse un novio e ir acompañada a la fiesta. Esto le da pie a una serie de citas con pretendientes fáciles, compañeros de la oficina y sujeto que es mejor olvidar de un sitio web de citas.

Durante todo el libro, vemos como Lucía la pasa mal, porque se siente gorda, porque todos la joden por estar soltera y es la misma canción durante 150 páginas. Y lo más enfermo para mí, no es que todo su entorno viva en una burbuja de fantasía de los años 50’ en donde lo importante es estar casada y con hijos, sino que ella, la muy pelotuda, les hace caso y la pasa mal. De modo que Lucía sale con un montón de gente que no le gusta, pierde su tiempo y pierde el tiempo de ellos. 

Mi problema con el libro es que de verdad, no entiendo a Lucía. No puedo comprender como una mujer de 30 años e independiente, le sigue haciendo caso a su mamá, que está loca, y como deja que los comentarios de gente muy random la afecten. Ella siempre termina haciendo cosas que no quiere: ayudar a su hermana con la boda, ir comer con una amiga casada de su hermana, ir a almorzar con los solteros de la oficina. Ella parece ser incapaz de decir que “no” o de tener cualquier tipo de poder real de decisión en su vida. Eso la verdad me dio mucha rabia, ya que no puedo creer que de verdad, haya gente así. Ojo, no quiero decir que algunos comentarios no duelan, pero por ejemplo su peso. 

Ella sufre porque esta gorda, y porque ella cree que eso la hace ser fea. Primero que nada, ninguno de los chicos con los que salió nunca le dijo nada sobre estar gorda, y segundo la solución para bajar de peso es re simple: es dejar de comer y hacer ejercicio. Uno sabe porque esta gordo: porque uno come, si uno quiere bajar de peso, hay que tener la suficiente fuerza de voluntad como para dejar de comer chanchadas, hacer ejercicio y llevar una vida saludable, no hay otro remedio. Yo tengo un par de kilos de más, y la verdad si, a veces la paso mal al ir a comprar ropa, pero porque yo son vaga no bajo de peso, por ninguno otro motivo, y yo lo sé, por lo que cuando me voy a comprar pantalones y la experiencia es similar a ser secuestrado por la inquisición pienso “ya, esto es deprimente, pero me da lata ir al gimnasio y no quiero dejar de comer las cosas que me gustan, así es que hay que asumir las consecuencias”. Y es verdad, me carga la gente que se queja de estar gordo si come sin preocupaciones. Hay gente que come sapo y culebra y es flaquísimo, y otros que con comer un poquito de más, ya se le comienzan a ver unos kilos de más, yo de verda creo que dejando fuera los metabolismos y los tipos de cuerpos, si uno quiere bajar de peso, es cosa de ponerse empeño, ya que de que va a costar, va a costar, así es que quejarse no sirve de nada. Porque, si hacer dieta es fome, si, hacer ejercicio es fome, y si, ir de fiesta y no poder nada es super fome, pero la vida no es fácil.

Así es que ver a Lucía quejarse de gorda me molesta profundamente, ya que se queja todo el tiempo, pero no hace nada para remediar el asunto.

Dejando fuera los comentarios sobre nuestra llorona protagonista, igual me reí como dos o tres veces en el libro, pero la verdad es que no me gusto. Encontré atrós que la protagonista sufriera por todo pero que nunca hiciera nada para cambiar las cosas, que fuese re mala gente con algunas de sus citas porque “estaba deprimida” y porque su objetivo durante más de 200 días fuera buscarse novio no porque quería un compañero, sino para joderle la vida a la mamá. Si fuese el destino, tampoco se la hubiese hecho fácil a esta chica, ya que es una quejica y egoísta. 

Por lo que en realidad, no les recomiendo leerlo. Fueron como dos horas tiradas a la basura, aun que me sirvió para saber con quién terminar Lucí en la serie, y para saber que prefiero a los protagonistas cuando hacen algo por su vida a cuando estos solo la miran pasar.

PD: Lo peor de todo, es que la "gorda" que hace de Lucía en al serie ni siquiera es gorda de verdad, es re normal, solo que la visten feo.